No encuentras la felicidad, y es tan fácil, solo debes escuchar a tu corazón antes de que intervenga tu cabeza que está condicionada por la memoria, que complica todo con cosas viejas, con órdenes del pasado, con prejuicios que enferman, que encadenan: la cabeza que divide, es decir, empobrece, la cabeza que no acepta que la vida es como es, no como debería ser.
Haz sólo lo que amas y serás feliz.
Reconcíliate contigo, ponte frente al espejo y piensa que esa criatura que estás viendo es obra de Dios, y decide ahora mismo ser feliz porque la felicidad es tu verdadera naturaleza, no algo que te llegará de afuera; además la felicidad no es un derecho, sino deber porque si no eres feliz estás amargando a todo el barrio.
Gracias por los momentos compartidos para recordarnos EL AMOR QUE SOMOS y recuerda que la felicidad es un trabajo constante del día y para ello tienes nuestro plan de formación continua Volver a la conciencia del amor.